Los tratamientos se componen de sesiones semanales de 45 minutos de duración, y se realizan de forma individual. Durante cada sesión, se hace un recorrido por todos los movimientos de la cadena neuro-evolutiva del cuerpo, las manos, los ojos y las funciones pre-lingüísticas.
En cada sesión se trabaja con el cuerpo todas las etapas que permiten el desarrollo de la persona. El papel del terapeuta es clave para ejecutar o guiar a los diferentes movimientos del paciente. El primer movimiento representa el balanceo de la matriz y se hace en una hamaca. A continuación, el paciente pasa por todas las fases necesarias para la correcta adquisición del volteo, el arrastre, el gateo y así sucesivamente, hasta ponerse verticalmente. Seguidamente se trabajan ejercicios de manos, ojos y por último todas las funciones orales.
La realización de todos estos ejercicios de manera repetida, permite rehacer y consolidar las conexiones nerviosas de todo el proceso descrito y mejorar el desarrollo global de la persona. Le da herramientas para que pueda comprender y expresar adecuadamente emociones y sentimientos, así como elaborar de forma coherente su pensamiento.
Todos los movimientos van acompañados de canciones o poemas recitados por el terapeuta con la intención de dar una calidad de ritmo y coordinación de los movimientos. Lo que recitamos sirve como modelo del lenguaje estructurado, para imprimir lenguaje en el cerebelo y también como apoyo y estímulo para asociaciones mentales. Estas asociaciones son la base de la organización del pensamiento y la imaginación, lo que hace que a la vez haya más facilidad de articulación mental.
Para que el método Padovan sea efectivo, es importante tener en cuenta las tres R: Regularidad (para entrar en resonancia con el sistema nervioso), Ritmo (porque el ser humano está formado por pulsaciones), y Repetición (para crear y fortalecer redes neuronales).